Por fin decidí escribir (ahora siendo yo mismo, despojándome de lo que no soy), decidí aprovechar un nuevo día, un nuevo mes, una nueva oportunidad, a compartir con amigos, conocidos, con el mundo. Hoy es un buen día para (volver a) empezar. Pasar de los escritos privados a lo público, a lo que deseo compartir. Una página se cerró con el blog anterior, pero espero que en breve pueda compartir de más aventuras, viajes y experiencias en lugares lejanos.
Lo hago con dos propósitos en específico uno: compartir y guardar, escribir memorias para el futuro. Y es que es tan lindo detenerse por un momento y ver el camino que hemos recorrido –sólo cuando hay avance-, recordar a todas esas personas y momentos con ellas, lo que dejamos, aquello que consciente o inconscientemente sembramos en otros, pero sobre todo lo que viene, y lo que viene es congruente y consecuencia de lo que andamos y venimos andando.
Son tantas cosas las que siempre pienso y deseo abarcar que me pierdo en mis pensamientos e ideas. Pero como siempre es más recomendable empezar por el comienzo. Y es que hace un año, por estas fechas (el 11 de febrero para ser preciso) emprendí un viaje que me cambio la vida, mis percepciones de la vida, la gente, el tiempo, en fin que rompió todos esos cuadrados con los que somos formados y crecemos. Hoy miro hacia tras y sonrió, suspiro y me jacto de decirme a mí mismo: “bien hecho”, miro en donde estoy y en ocasiones me llego a desesperar (los tiempos muertos me secan, me consumen, me matan), miro hacia adelante y no puedo dejar de sentirme ansioso, expectante, pero a la vez con cierto grado de incertidumbre y quizá un poco de miedo porque sé que no he hecho lo suficiente (o lo que tuviese que hacer) para prepararme, que ha faltado autodisciplina. Quiero usar este espacio para poner una pieza más a esa disciplina necesaria para los sueños y anhelos de adelante del camino y además gano aún más dada la oportunidad de recibir retroalimentación de entre otros tú que por razones inciertas te encuentras leyendo estas líneas. En fin el tiempo es el mejor juez.
Por otro lado he decidido disfrutar de este año, tomármelo con filosofía y cambiar la percepción de lo que en ocasiones es común. Tomar este año como el último año para muchas cosas, el último año de mi primera etapa de estudios universitarios, el último año (meses) de estar y recibir de “el nido”, el último año dentro de muchos que pasaré mi cumpleaños en mi tierra, el último año para caminar, respirar y contemplar mi ciudad y su gente. Por lo pronto esta etapa de vida nómada es una oportunidad más para nutrirme de las historias, experiencias y vivencias de todos esos viajeros, locos que un día decidieron romper con la costumbre. De ese veterano recorriendo los cinco continentes en motocicleta, o quizá de ese momento en que dejó de ser más la URSS y vino a ser algo diferente, de ese amigo que decidió ir a buscar a los paisajes que desde siempre vio en libros de naturaleza y que encontró canguros y pingüinos, o de aquel otro que después de un largo camino se encontró así mismo.
Entre otras cosas también he decidido a tomar parte de una ideología, bueno más que una ideología política, por un partido político que es diferente. Por encima de la idea de simplemente observar para ser un politólogo más objetivo (aunque la objetividad no exista). Ello con la firme convicción de aportar para un cambio a esas instituciones -que se supone su razón de ser es el ciudadano- y a aquellos que en ellas se desempeñan. Por otro lado mi conciencia me invita y en ocasiones perturba a tomar acción es esa parte que he dejado estancada, la de ese proyecto y la gente involucrada en la mixteca, y es que la experiencia y oportunidad alrededor de ella me ha dado muchísimo, me ha formado. Es una carga pesada por todo lo que implica, pero que vale muchísimo por los resultados en la gente. Y como dice la canción: “prefiero salir a ganar que quitarme de en medio…”
Sin duda muchas veces tenemos lo que merecemos, en especial me refiero al gobierno, sociedad que merecemos, pues somos –o podríamos ser- factores de cambio en nuestro entorno, depende de cada uno recoger y tirar la basura, pasarse el alto, en fin hacer uso de ese gandayismo autóctono del mexicano X, del mexicano inerte, valemadrista. Otra parte del conflicto se encuentra en aquellos o en donde las oportunidades no llegan, en fin largo tema para desarrollar que dejo para otra ocasión.
En fin, recuerdo haber leído (en medio, de hasta ahora mis mejores momentos) en Newsweek o The economist –no recuerdo con exactitud- “The worst is yet to come” y no evité una sonrisa cómplice que desmentía tal declaración y es que me di cuenta que nuestros pensamientos, declaraciones y acciones son el material para construir nuestro camino, nuestro futuro y destino. Cito lo anterior porque hace unos minutos recibí un mail de un hermano para la vida, me recordó una frase -nuestra declaración de vida y filosofía-: “Lo mejor viene brother”.
Como es sabido, somos seres con diversas necesidades... Voy por el equilibrio de una vida sana física, emocional, mental y espiritualmente. Término por como empecé: hoy es un buen día, una nueva oportunidad para empezar.
Y cantando con una canción que me acompaño al plasmar estas líneas.
"Hoy hace un buen día" de Fernando Delgadillo
En esta tierra he visto mi primera luz
he visto y veo luz tierra firme y vasto cielo
todo mi entorno está entedido en el amor
que nos tuvieron los que fueron hace tiempo
Y hoy hace un buen día para hablar de los que están aquí
trazando a diario el bienestar de todo aquél que vendrá
como precederá la aurora el sol de diario
como sabemos que mañana será igual
porque así se ha venido haciendo con los años
que trascurren y se van
En esta tierra en donde puedo caminar
bajo la dirección que le ponga a mis pasos
siempre habrá tiempo para venirle a cantar
por ser lo más que sé ofrecer como regalo
Me dió un lugar donde al volver con gusto sé decir
es mi país esta es mi tierra y casa y esta es su canción
una canción como todas las que se han hecho
tan sólo que con esta quiero hacer mención
de todo el bien que me hizo nacer de este pueblo
y que me parte el corazón
que hablar de México siempre me inflama el pecho
Y si miramos hacia atrás donde fuimos a empezar
y encontramos los antiguos que formaron un lugar
pero un buen día se marcharon y aprendimos a decir
grandes fueron los viajeros que cruzaron por aquí
En esta tierra conocí la dignidad
del que trabaja para ver crecer los suyos
del que se esfuerza superar su condición
aún a pesar de cruzar tiempos de infortunio
y hoy hace un buen día para hablar de los que están aquí
trazando a diario el bienestar de todo aquél que vendrá
De la simiente que se llega al semillero
que hasta esta tierra fértil un dia arribará
y no hace falta repetir como los quiero si lo he dicho tanto ya
y hablar de amor es bueno cuando se es sincero
Y si ellos miran hacia atrás de lo que les toca empezar
y nos hallan a nosotros que formamos un lugar
que un buen día nos marcharemos y tal vez podrán decir
grandes fueron los viajeros que cruzaron
grandes fueron los viajeros que cruzaron
en verdad que fueron grandes los viajeros que cruzaron por aquí.
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